sábado, 27 de septiembre de 2008

Respuesta Politica

“Controles de talla y peso, y luego vemos que hacemos”. Esto expresaron el Dr. Ferro Secretario de Salud y la Sr. María del Carmen Viñas Secretaria de Desarrollo Social, ambos del Municipio de General Pueyrredón, luego de hacerse presentes frente a unas 50 familias en situación de extrema vulnerabilidad social de Villa Evita de la ciudad de Mar del Plata, haciendo visible su condición luego de llevar adelante un reclamo por la inasistencia del Estado Municipal frente al diagnóstico de bajo peso certificado por el Centro de Salud Santa Rita, en 17 niños de la comunidad.
Los funcionarios se hicieron presentes en el lugar con el objeto de afrontar la problemática “y no tapar el sol con una mano” así lo indicó el Dr. Ferro al referirse al reconocimiento de la evidente situación de pobreza estructural en la que se encuentran sumergidos los habitantes de Villa Evita.
En dicha reunión llevada a cabo en una de las precarias casas del asentamiento, las madres comenzaron a relatar sus necesidades básicas en relación a la alimentación de sus hijos, haciendo hincapié en la imposibilidad de poder darles de comer porque no tienen dinero para comprárselos, situaciones por las cuales se ven obligadas a pedir o a recoger de la basura.
También relataron situaciones cotidianas relativas al cartoneo o cirujeo, en respuesta a los reproches que surgen contra ellos a partir de la suciedad de los niños pobres, “Es que vivimos en la basura, tenemos pisos de tierra en nuestros ranchos, ojala tuviéramos pisos de cerámicos como tienen ustedes.” Emocionalmente quebrada agregó una madre dirigiéndose a los funcionarios.
Ferro y Viñas propusieron para tener un panorama más completo sobre la condición socio sanitaria, hacer una medición y diagnóstico de talla y peso de todos los niños de la villa, para luego de esto saber de que manera continuar.
Antes de retirarse y hablando en grupos con distintas mamás expresaron que tal vez pudieran avanzar gestiones para la instalación de una copa de leche, por recursos de los cuales se disponía, incluso agregaron que si bien en la teoría no estaba bien construir comedores como respuesta al hambre, en este caso puntual talvez debería hacerse para garantizar que los niños pudieran alimentarse diariamente. “Esto es un incendio, no hay que construir un cuartel de bomberos, hay que tirar agua” agregó el Dr. Ferro.
Así concluyó la primera reunión con los funcionarios, y la semana siguiente la nueva visita se produjo en el marco de una Campaña de Vacunación a niños y adultos que cubrieron los medios locales pero solamente en la palabra del Dr. Ferro, y sin tomar testimonios a los vecinos del barrio. En buena hora las Campañas de Vacunación que le permiten a los niños y adultos acceder a los beneficios de la salud pública, pero ¿que pasó con aquel reclamo por el bajo peso en los niños? Los controles de talla y peso comenzaron a realizarse en Villa Evita, se pesaban y median 15 niños por día llegándose a pesar 60 niños.
Y en esos controles sucedió lo que no queríamos esperar. Cerca de 10 niños fueron pesados con ropa y zapatillas, sorpresivamente algunos chicos que habían sido pesados la semana anterior en esta oportunidad habían aumentado 2 kilos y algunas madres se sintieron discriminadas por su procedencia villera.
Una tercera visita la semana pasada terminó de confirmar lo que no queríamos suponer y es que María del Carmen Viñas y el Dr. Ferro reclamaron a las familias que aun no han asistido que concurrieran a los controles de talla y peso, pero que por los datos que ellos venían manejando hasta el momento tal emergencia nutricional no existiría y que la asistencia alimentaria llegaría a las familias siempre y cuando la asistente social de la Salita lo considerase.
Nosotros nos preguntamos ¿Qué paso con aquella frase hecha de “no tapar el sol con una mano”? ¿Con ese incendio del que hablaba el Dr. Ferro? ¿Donde quedaron los pedidos de aquellas madres que por su condición de pobres, no pueden cocinar dignamente para ellos?
Pero estamos acostumbrados a esta historia, ahora los pobres mienten, los pobres no quieren trabajar y son vagos, los pobres son dejados con el cuidado de sus hijos y tantos otros prejuicios más que ya forman parte del mecanismo de defensa de bastos sectores de la población que prefieren convencerse de estos argumentos para no sentirse responsables de la sociedad que excluye y fabrica cada vez más pobres.
Al Estado municipal, que no esconda la pobreza, que asuma su rol de garante al servicio de los derechos de los ciudadanos y que sea capaz de ubicar sus recursos en políticas de Estado que puedan devolver la dignidad de los más humildes a través del trabajo y proteger el desarrollo de la infancia.
Hoy la prioridad siguen siendo los niños y en resumen de cuentas todavía no se ha propuesto ninguna alternativa para el tratamiento de la condición de vulnerabilidad socio-sanitaria de ellos.
Por lo pronto Jóvenes Solidarios continúa en este sentido juntando firmas para presentar un pedido de tratamiento de esta problemática al Concejo Deliberante, para llegar a la sanción de una ordenanza que se ocupe de los casos de bajo peso y vulnerabilidad en las familias marplatenses.